LA CLAVE DEL ROMPECABEZAS
A vos, paciente Asterión Que me esperaste en el centro del laberinto De todos los libros que son uno, Y que cuando descubrí ese centro Llevaste mis ideas a la nada Al confrontarlas con el Infinito.
A vos, gran alquimista del verbo Que me incitaste a buscar sin descanso El secreto nombre de la Divinidad La combinación oculta de cifras Que rige al cosmos al nombrarlo.
A vos, moderno poeta antiguo Que me enseñaste a mirarme en el espejo De historias, textos, palabras Que configura al conocimiento humano.
A vos, Gran Tigre Amarillo Que acechas en el borde de mi sombra Durante la eterna repetición de instantes que es el tiempo.
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